Autorretrato. Primeros pasos.

Para todos los que me conocen, es de sobra sabido, que uno de mis principales estilos en la fotografía es el autorretrato. Muchas personas me han preguntado diversos tipos de dudas sobre esto, y creo que va siendo hora de daros algunos consejos, sobretodo a los que estáis empezando a practicar este estilo.

El primer accesorio para la cámara que tiene que tener cualquier fotógrafo que quiera dedicarse al auto-retrato es un disparador remoto. Por supuesto que puede hacerse sin él, pero el proceso es mucho más laborioso, tenemos que pensar en poner la cámara en X segundos de espera, colocar algo en el sitio en el que querremos colocarnos nosotros después para que la cámara enfoque, cambiar de sitio con el objeto, esperar… y todo para tener una foto (o como mucho tres si lo permiten algunas cámaras), es agotador y frustrante, por eso recomiendo el control remoto. Ahora bien ¿Cuál?

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Esta es una foto del making of de una de mis últimas sesiones, como veis, en mi mano está el disparador remoto. Éste es el último que adquirí y por ahora es el que mejores cualidades tiene, ya que dispara en disparo único, ráfaga y tiene opción de disparar sin tener que poner la opción de infrarrojos en la cámara.

¿Por qué?

Porque es un tipo de disparador que consta de dos dispositivos, un emisor de infrarrojos que está enchufado directamente a la cámara y el receptor, el mando que tengo en la mano, que recibe los infrarrojos y permite disparar.

Por lo general con los disparadores más baratos (estos pequeños manditos con un único botón que pesan poco y puedes meter en cualquier parte) tienes que enchufar con el dispositivo directamente hacia la cámara, lo que hace que, muchas veces, el disparador salga en la foto y si no sale en la foto, cuesta mucho más que la señal llegue y el autorretrato sea como nosotros queremos.

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En esta foto le estaba demostrando a mi compañera Marina López que, con mi disparador, era innecesario tener que estar apuntando a la cámara. Como veis, mi mano está totalmente fuera de la imagen, ni recuerdo exactamente a dónde apuntaba, pero desde luego a la cámara no era. También, como veis, se me ve de cuerpo completo ¡Y podría alejarme mucho más! Este tipo de dispositivos tienen un alcance de hasta 100 metros si las condiciones ambientales son buenas, por lo tanto nos da una gran libertad a la hora de retratarnos si lo que queremos es hacerlo en contextos complejos, en lugares de difícil acceso para una cámara y un trípode o, por ejemplo, en el agua.

Este tipo de disparadores remotos son mucho más caros, pero asequibles, hay muchas marcas blancas (extranjeras sobretodo) que nos brindan la posibilidad de adquirirlos a unos 30 euros más o menos (eso sí, hay que tener un pequeño fondito para pilas porque esas sí son caras si le damos un uso muy frecuente).

¿La principal ventaja? Que de esta manera realmente podemos estar coordinados como modelos y como fotógrafos, ya que a la hora de hacer ‘click’ cuando el dedo aprieta el botón del mando es como si apretase realmente el de la cámara, por ello ganaremos calidad de enfoque y será más complicado que no estemos en el momento justo en el sitio justo o que haya problemas a la hora de posar y que el disparador no quiera comunicarse con la cámara. Incluso podremos hacer el proceso con el disparador metido en el bolsillo, hará su trabajo igual.

Os animo a todos los que queréis empezar en este estilo a que os hagáis con uno de estos mandos, muchos de los problemas iniciales que pudierais tener en referente a los otros estilos de hacer autorretrato desaparecerán de golpe y podréis ser más creativos y hacer más pruebas sin que el tiempo de espera de disparo os saque de quicio.

En ebay encontrareis muchas ofertas para haceros con uno ¿A qué estáis esperando?

🙂

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Los ojos: una ventana al alma

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Cuando pensamos en un retrato impactante pensamos en un retrato con unos ojos vibrantes, intensos, arrebatadores, unos ojos que realmente puedan traspasar la pantalla y que se asemejen a cómo los vemos en la vida real.

Es difícil capturar unos ojos realmente nítidos sin tener un equipo fotográfico muy eficaz, porque son una parte del cuerpo muy susceptible al movimiento, un sonido, un acto reflejo, una brisa, pueden hacer que la mirada se distraiga o los ojos parpadeen, lo que hará que en la foto queden movidos.

Unas pestañas muy gruesas y con mucho volumen también pueden distraer el foco de la cámara y hacer que queden levemente desenfocados, así que, como consejo, si hemos encontrado el ángulo que queremos usar, si tenemos la fotografía ya preparada en el resto de los ámbitos que la componen, sería ideal tirar en ráfaga y escoger después, en post-producción, aquella toma que más nítida esté, así nos ahorraremos el disgusto posterior de encontrar que ese retrato que a pequeña escala veíamos perfecto, tiene esos pequeños detalles que queríamos capturar, menos perfectos de lo que nos gustaría.

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El retoque de la mirada con programas de post-procesado puede ayudar mucho a darle más énfasis, detalle, podemos cambiar los colores o modificar levemente los tonos para que sea más impactante. Pero para que realmente resulte efectivo el retoque tenemos que partir de una imagen base (preferiblemente tirada en RAW) que ya de por sí esté nítida o la mejoría tendrá que basarse en el tratamiento del color o la luz, pero la nitidez puede no llegar a ser recuperable del todo.

Darle más luz a las zonas del iris más claras, con colores más intensos y mantener el contraste con la pupila puede hacer una mirada mucho más vistosa, si además oscurecemos el círculo que rodea el iris, ganaremos dramatismo en los ojos que estamos retocando.

Si estamos hablando de un retrato fiel al modelo, lo ideal es mantener el color natural de ojos de la persona y hacer los mínimos retoques posibles para que la mirada gane fuerza sin que se distorsione el aura natural que tienen. Sin embargo, si estamos hablando de un retrato artístico o fantástico podemos cambiar el color de los ojos para adecuarlos a la temática, incluso oscurecerlos totalmente si buscamos una imagen más terrorífica hasta adecuarlos al maquillaje para crear una armonía de color que, aunque artificial, puede quedar muy bien.

Quiero resaltar de nuevo la importancia de la imagen base. Como consejo para ganar nitidez no sólo  recomiendo buscar un lugar bien iluminado, sino que si podemos hacer que la luz se refleje en paredes blancas, reflectores, suelos blancos y llegue desde más ángulos al ojo, mejor. Hay que tratar de evitar los brillos que caigan directamente sobre la pupila pudiendo dejarla blanca y quitando así parte del dramatismo del contraste entre el iris colorido y el profundo negro de la pupila y tratando de centrar los brillos, de haberlos, en el iris.

Cuanta más luz, más rapidez de disparo, menor posibilidad de que el ojo tenga pequeños movimientos que puedan dejar nuestra mirada fotografiada más movida y más posibilidades de tener un RAW realmente definido.

La importancia del contexto en el retrato

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Cuando queremos pasar de los retratos más clásicos para adentrarnos en el mundo de los retratos más elaborados o el arte conceptual, debemos dar mucha importancia al entorno, al contexto que acompaña a nuestro retrato.

En este sentido y bajo mi punto de vista, una de las cosas más importantes es la coherencia. Voy a utilizar, en principio, como ejemplo, la fotografía de arriba. Si la ropa de la modelo hubiera sido más actual, o si los tonos de la fotografía hubieran sido más claros, o más azules, toda la sensación de la fotografía hubiese cambiado. Si hubiese llevado mucho maquillaje o un ostentoso peinado, también. ¿Por qué? Porque para un contexto como ese nuestra mente coloca un tipo de modelo con un tipo de vestuario, así hay armonía entre lo que vemos y lo que creemos que deberíamos ver en un lugar similar.

Siempre se puede jugar a los grandes contrastes y a intentar romper con lo que se espera ver en un determinado ambiente con algo totalmente disonante, pero es algo que hay que trabajar con cuidado.

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Éste es un ejemplo de disonancia leve. En este contexto se espera, casi siempre, que los que aparezcan en la foto sean niños, en lugar de eso encontramos a un hombre ya adulto, con tatuajes, aunque esté ejerciendo el rol de niño. Sin embargo, precisamente por su atuendo y por su actitud, muestra cierta comunión con el contexto que le aporta coherencia a la fotografía.

Al llegar al momento en el que queremos adentrarnos en este tipo de mundo en el retrato, es importante la planificación ¿Qué clase de sesión queremos hacer?

¿Queremos una que enfatice el aire urbano? Imagen

Entonces piensa en lugares concurridos, infraestructura de ciudad, o industrial quizá, puedes pensar también en blanco y negro o tal vez en una imagen con saturación selectiva de algunos colores más intensos, que el vestuario sea actual…

¿Quieres una foto más en naturaleza? Imagen

Busca un bosque, una zona de sierra, quizás un parque grande poco transitado… lo importante es que, allá donde mire tu cámara, haya el lugar idóneo para hacer las fotos. Por ejemplo, en esta foto, se ven a lo lejos unos pequeños coches, eso es algo que podemos quitar después en la post-producción, lo realmente importante es crear una atmósfera y que luego, a la hora de retocar, no tengamos que hacer unos cambios estructurales muy grandes en ella, no pasa nada por un perro paseando o una bici.

¿Quieres hacer un retrato más temático?

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Si es así es importante que conozcas tu entorno, de tu barrio, de tu ciudad, la época del año, la floración, el aspecto de la naturaleza en la estación en la que estás y los lugares que puedan adecuarse a tu idea de la sesión fotográfica que quieres hacer.

Muchos fotógrafos toman fotos en el estudio y luego añaden los contextos de forma digital, esto es porque saben la importancia del contexto pero quizá no siempre pueden desplazarse hasta el sitio indicado, no lo conocen, o buscan algo demasiado cinematográfico, fantástico o ficticio que, directamente, no existe. Pero en mi opinión y, bajo mi consejo, creo que siempre es mejor intentar darle unas cuantas vueltas más y buscar el lugar real donde hacer las fotografías, entre otras cosas, porque así el modelo puede realmente interactuar con el ambiente. Si ponemos de ejemplo el chico de la piscina de bolas, sería muy complicado poder hacer que estuviera enterrado en ellas al hacer la foto en un estudio, o la geisha, puedes poner el fondo, claro, pero sería complicado que pudiera sujetar las flores o ponérselas delante de la cara. Lo mismo ocurre con la chica de la lavandería, está parcialmente cubierta con el carro y apoyada en la lavadora, eso no se puede hacer así de real en un estudio.

Así que no olvidéis la importancia del contexto, del entorno y la posibilidad de interactuar con él en las fotos. Tampoco olvidéis lo importante que es el vestuario y la caracterización a la hora de que haya cierta armonía entre el modelo y el ambiente. Animaos a buscar lugares diferentes, porque no sólo tendréis fotos diferentes, si no que pasaréis un rato agradable conociendo lugares nuevos y siempre es más agradable poder fotografiar al aire libre con la maravillosa luz natural del sol 🙂

Blanco y negro en el retrato

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Cuando hablamos del blanco y negro en el mundo del retrato, no debemos pensar sólo en que la ausencia de color muchas veces centra la atención en el gesto, en los detalles de la expresión, en los rasgos del sujeto, sino también en que es otra forma de darle una atmósfera especial a nuestro retrato.

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Un retrato en claves altas (en high key) manteniendo el blanco y negro, nos puede proporcionar una imagen más «pura» digamos, con un aura más inocente, más frágil, más delicada. Hay muchas maneras de conseguir este tipo de efecto, desde utilizar en el photoshop capas de ajustes en blanco y negro con diferentes filtros (en función del color de la imagen base). Hasta utilizar mapas de degradados en tonos claros o en modos de más exposición (como trama, por ejemplo)

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Si por el contrario queremos darle más fuerza, más dramatismo, hacerla más impactante, quizá deberíamos decantarnos por una clave más baja (low key). Las claves bajas son más utilizadas en fotografía social o fotografía callejera, porque permiten darle más impacto a las imágenes, destacando más las sombras, las arrugas….

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También podemos darle un aire vintage a nuestras fotos haciendo que los negros dejen de ser tan negros y estén un poco más «lavados» dando este curioso efecto. La forma que yo tengo para conseguirlo es utilizar con el photoshop una capa de ajuste de mapas de degradado (en colores oscuros) puesta en modo aclarar. Así se levantarán los negros. Eso sí, para que no quede muy artificial en algunos casos, es conveniente vigilar la opacidad.

Como podeis apreciar, en algunas de estas fotos, los blancos y negros no son totalmente puros, sino que a veces tienen un ligero toque de color. Los virados en blanco y negro a diferentes tonos también pueden crear atmósfera, algunos ejemplos:

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